El juego «Līgo» está inspirado en las celebraciones tradicionales del solsticio de verano en Letonia, una de las festividades más importantes del país, también conocida como la fiesta de Jāņi. Durante esta celebración, el fuego ocupa un papel central. Al aire libre, se encienden grandes hogueras, y saltarlas es una práctica habitual que simboliza la purificación y atrae la buena suerte para el año siguiente. Estas hogueras se consideran no solo un elemento protector, sino también un medio para ahuyentar los malos espíritus y atraer bendiciones.

El juego que hemos creado, que reproduce esta imagen, consiste en hacer saltar una pelota por encima de una hoguera de madera en un entorno decorado con elementos naturales, como las hojas de roble, que también tienen un valor simbólico en la cultura letona, asociadas con la fuerza y la protección. Esta representación lúdica del ritual no solo reconecta a los participantes con la naturaleza, sino que también les invita a experimentar una parte de la cultura letona de forma divertida y accesible.

Esta práctica del fuego como elemento central en las celebraciones del solsticio de verano no es exclusiva de Letonia. En todo el mundo, muchas culturas utilizan el fuego y las hogueras para conmemorar la llegada del verano o fechas importantes. En Cataluña, por ejemplo, la verbena de San Juan también celebra el fuego como símbolo de renovación y purificación, con hogueras en plazas y calles. En Suecia, el solsticio de verano se celebra con grandes hogueras en una tradición conocida como Midsummer, que fomenta la unión social y la purificación espiritual. En Brasil, durante la Festa Junina, las hogueras son un elemento de cohesión y de celebración popular.

El fuego, a través de las hogueras, es así un elemento de comunidad y unión, un espacio compartido donde las personas se reúnen para celebrar conjuntamente. Desde la antigüedad, las hogueras han sido puntos de encuentro, de socialización y de celebración de la vida. Estas prácticas ayudan a reforzar los lazos sociales y fomentan la sensación de pertenencia, aportando una dimensión de compartición de emociones y experiencias. En nuestro juego “Līgo”, el fuego se convierte en ese espacio de encuentro simbólico, en el que los participantes, más allá de su interacción con la pelota, también conectan con una tradición cultural universal de renovación y cohesión social.